La idea principal: nuestra vida es un constante paso de pantalla a pantalla. Siempre estamos ansiando que llegue el siguiente momento en que podamos sentarnos frente a la computadora a ver un video o una serie, lo mismo con la televisión. Cuando no hacemos estas cosas nos ponemos con el teléfono, incluso en clase. Cualquier momento en que nuestra cabeza se va por más que sea un momento por aburrimiento, cansancio o lo que fuera, sacamos el celular del bolsillo.
Se ha vuelto un hábito.
escribiendo esto frente a una pantalla.
Nos negamos nuestra completa atención al otro. La Ted Talker habla sobre cómo incluso en funerales abrimos el teléfono y miramos mensajes (lo estudió). Sacrificamos la conversación por conexión.
Relato/Racconto de las veces que uso pantallas a lo largo de mi día.
Disfrutar el miedo, si es a través de una pantalla
El mayor problema que supone para la persona es que la gran satisfacción que le genera dicha actividad hace que se pierda el control sobre ella y sea imposible abandonarla.
Tener la necesidad de estar constantemente conectado a dichas tecnologías
Disminución y/o interferencia en la capacidad de concentración
Desarrollar nerviosismo cuando no se puede acceder a ellas
Aislarse por su utilización
Reducir las horas de sueño por hacer uso de ellas
Dejar de hacer ciertas actividades por priorizar su uso
Homo selfie
Homo selfie se titula un libro del psicólogo Martín Smud: en este tiempo, "cada uno lleva pegado a sus manos un celular con el que vive, duerme, sueña y respira", al punto de que ya no es un objeto, sino que "somos sus objetos". "Los celulares comenzaron su auge hace 25 años. Después se fueron agregando cada vez más cosas, aplicaciones en tiempo real que deben tener más o menos diez años. Esto cambió la relación del ser humano con la tecnología en términos cualitativos y cuantitativos", contextualiza Smud. "El celular se mete mucho en la identidad. Uno tiene la identidad del DNI, la de género y la virtual, que depende de poder ir armando la vida en relación a las mega corporaciones que manejan todo: las redes. Y hoy se habla de un nuevo tipo de realidad, además de la virtual. La inmersiva."
"Según un pequeño estudio estudiantes universitarios argentinos están alrededor de seis a ocho horas por día mirando la pantalla. Y muchos te dicen que no pueden dejar de hacerlo. La adicción ya no es a un objeto, como podría ser una droga, sino a un determinado vínculo. Hay una especie de compulsión a esperar que pase algo en el celular, sin posibilidad de levantar la mirada por mucho tiempo sin volverla a él. Es típico de este tiempo, del panóptico digital del que habla Byung-Chul Han. La adicción trae consecuencias múltiples. Una muy clara en la educación es la falta de concentración. Y se ve una dependencia a la sociedad punteocrática, del like", resume.
Adicción a un vínculo, no a un objeto.
Adicción a los videojuegos declarada por la OMS, enfermedad mental prevenible y tratable.
Links, autores y demás:
Adicción a las pantallas: ¿cómo nos afecta? -Instituto Madrid de Psicología
Adicción a las pantallas: ¿un nuevo trastorno adictivo? | Psiquiatria.com
Cuando la droga es la pantalla | Especialistas analizan la adicción a la conexión | Página|12
La OMS declaró la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental | TN
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