miércoles, 29 de marzo de 2023

La mar estaba tranquila (consigna de sueños)

Estaba el capitán Connor con lo poco que quedaba de su tripulación: un loro rojo que no paraba de cotorrear, una enorme provisión de ron y carne seca que lo haría aguantar al menos dos meses; más que suficiente si tenemos en cuenta que para llegar a Puerto Príncipe sólo le faltaban tres días siempre y cuando el viento siguiera en popa y no hubiera otra tormenta. 
 Y pensar que hace unas horas eran quince marineros curtidos por el viento y la sal… 

     -Mal clima -dijo unos instantes antes de que un tifón gigantesco se desatara y se llevara consigo la vela de proa y a su tripulación. 
 Connor sabía que sería difícil pero planeaba llevar la embarcación a buen puerto o perecer en el intento; el capitán se hunde con su nave. 
 Con una mano tomó el timón y con la otra una botella de ron. 
 Dos días de ardua navegación luego, a tan solo cincuenta leguas de Puerto Príncipe, nuestro capitán oyó una campanada. De pronto se hizo la noche y una espesa niebla envolvió el barco. Otra campanada. Sorprendido, Connor se quedó inmóvil, incapaz de pensar por el miedo que lo había envuelto como la niebla a la embarcación. 
 Se sucedieron ocho campanadas y una tras otra el capitán se sentía cada vez más absorbido por el miedo. Luego se oyó una voz, y otra voz, y más voces. Provenían de debajo del mascarón del barco. Logró reconocer en ellas a sus camaradas. Otra campanada. Sintiendo que era el momento de actuar, Connor se armó de valentía y se asomó por la baranda del barco. Sus compañeros lo llamaban. 
 Con la doceava campanada Connor decidió saltar del barco casi sin pensarlo. 
 Al día siguiente llegaría a Puerto Príncipe un barco con un loro rojo que no paraba de cotorrear, media botella de ron y carne seca como para aguantar al menos dos meses.

Presentación/Autobiografía

Buenas días, tardes y noches: Me llamo Ignacio Fernández. Nací el 6 de enero del 2004 y al momento de escribir esto tengo 19 años. Hice el jardín y la primaria en la Escuela Cangallo ubicada en el barrio de Once y cursé la secundaria en el Colegio Nacional de Buenos Aires ubicado en el barrio de microcentro.
 Es en la secundaria donde encontré un hobby que me resultó divertido: la escritura. A lo largo de los años y en los distintos trabajos prácticos y exámenes logré ir puliendo mi forma de escribir y mi filosofía a la hora de hacerlo: “El examen es una ensalada; poner lo justo es como comer un tomate a mordiscos, hace falta cortarlo y condimentarlo”. Me gusta explayarme y agotar todo lo que sé sobre el tema, siempre y cuando sea pertinente hacerlo. 
 La verdad es que a la hora de escribir siempre me gustó tener consignas que me dieran un marco sobre el que trabajar, sin que este sea cerrado, para así poder ser mínimamente creativo. Los trabajos de la secundaria que más me gustan a día de hoy fueron los de geografía en los que nos asignaban un país en particular con una problemática a desarrollar del mismo. Me gustó mucho esa tarea de investigación, leer distintas notas de distintos medios sobre el mismo problema para así dar forma a mi propio discurso. 
 Si tenemos que hablar de la lectura, siempre me gustó pero nunca me fascinó hasta que en cuarto año, el año de literatura española, nos dieron para leer el Cantar del Mio Cid y el Quijote. No solo me encantó leerlos sino que también como fue en el año de pandemia y aparentemente me encontraba con muchísimo tiempo libre decidí hacer un resumen en criollo de ambos textos. Si bien no logré resumirlos demasiado, ya que ambos resúmenes suman entre sí aproximadamente 80 páginas, a mis compañeros les resultaba mucho más ameno leer mis resúmenes que el texto original. Eso me puso muy contento. 
 Actualmente escribo para desahogarme cuando me encuentro mal, para la facultad y para alguna que otra traducción de manuales que hago para mi papá. En el verano me puse la misión de leer al menos tres libros de mediana extensión por mes y vamos a decir que lo logré (más o menos). Además de eso leo Manga en el teléfono y disfruto mucho los libros de fantasía e historia (tanto real como ficcional).

"Gracias por el intento de un mundo mejor"

  En esta foto podemos ver a dos sujetos: el de la izquierda es visiblemente más viejo que el de la derecha, que a su vez se encuentra soste...